13 de noviembre de 2016

TRUMPMANIA






Los españoles somo así, siempre hemos sido unos alumnos aventajados en eso de opinar sin tener ni idea, igual da el tema en cuestión, desde el fútbol a la alta política internacional no faltan en España expertos dispuestos a dar su opinión e incluso a dar lecciones.

Resulta que desde hace unos días en todas partes se habla de Trump, de su peinado, de sus negocios, de sus aventuras, de su carácter y....hasta de su programa politico. Al mismo tiempo se aprovecha para hablar de los Clinton, a pesar de que del expresidente solo se recuerde su cálido asunto con la que fue su empleada.

No importa, el caso es hablar y, por supuesto, hablar mal... o bien , que para el caso es lo mismo si se habla desde la más absoluta ignorancia, repitiendo como papagallos las consignas recibidas de los tertulianos de turno, de esos creadores de opinión para ignorantes voluntarios.

Resulta magnifico entrar en un bar y en lugar de oír como se pone verde a Rajoy o a Iglesias, depende del barrio donde este ubicado el bar, asistir a un concierto de opiniones sobre Trump, Clinton, la economía norteamericana, sobre la penosa situación de Detroit y ciertos previstos muros como el de Melilla. Todo el mundo opina, hasta Susana Diaz se ha atrevido a hacerlo, imagino que para no ser menos que ese prestigioso analista en política internacional  que es Toni Cantó. Critica Susana a Trump al mismo tiempo que facilita el gobierno de la extrema derecha (1) en España.

No tenemos remedio. España en quiebra desde hace diez años y los españoles dando consejos a la primera potencia económica del mundo. Quejándonos de como estamos y elevando a la categoría de apocalíptica la inmediata presidencia de Trump. Preguntándonos como es posible que los estadounidenses le hayan dado tantos votos a Trump y olvidando que aquí, en España, el partido politico más votado está, cada día más, enfangado en todo tipo de corrupciones.

Nos va la marcha, sin duda. Nos llevamos las manos a la cabeza por el hecho de que Trump haya sido elegido presidente prometiendo la recuperación del estatus de las clases medias norteamericanas, le acusamos de populista, poco menos que le identificamos con esos vendedores de crecepelo que no hace tanto recorrían el Far West encaramados en sus adornadas carretas. Nos indignamos por sus políticas sobre inmigración al mismo tiempo que nos negamos a admitir refugiados o buscadores de ese nuevo oro del siglo XXI en el que el capitalismo ha convertido el trabajo y la vida digna. Nos indignamos y los recluimos en prisiones a la espera de mandarlos de vuelta a la miseria.

Nos molesta su falta de respeto hacia las mujeres mientras en España la explotación sexual y el maltrato alcanzan cotas con derecho a premio. Aquí irse de putas está bien visto hasta por los politicos, esos a los que la Gürtel llevaba de excursión por los más caros prostíbulos.

A mi, personalmente Trump no me gusta nada, no se muy bien los motivos... o todos los motivos, pero su llegada al poder me recuerda algo que sucedió en unas elecciones celebradas en la República de Weimar en 1933, y me preocupa que la historia se repita, y me temo lo peor, como ya he dicho antes nos va la marcha y no haremos nada por evitarlo, simplemente plantear una solución en contra del nuevo fascismo sería (es) considerado populista. Que cosas.


Benito Sacaluga





(1) Extrema derecha: Partidos políticos que promueven y sostienen posiciones o discursos nacionalistas y conservadores.








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