7 de septiembre de 2016

FRANCO, KOPLOWITZ, FCC Y LA CORRUPCIÓN




El número de "tintaLibrecorrespondiente al actual mes de septiembre, está dedicado a la corrupción y a su impunidad. La lectura de los artículos que pública nos da la clave para entender el porqué de la corrupción en España, y de la permisividad de los españoles ante esta autentica plaga con implantación en todos los estratos del poder, desde el más humilde concejal hasta -presuntamente- la mismísima familia Real.




Nos recuerda Ramón Lobo que la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) estima que sólo en las contrataciones públicas, cuyo sistema de adjudicación acaba de ser calificado de "oscuro" por Bruselas, el despilfarro puede alcanzar los 48.000 millones de euros al año, lo que supone un 4,5% del PIB. Con ese dinero podríamos liquidar el déficit público que nos exige la Comisión Europea y sanear las cuentas del Estado. Con ese dinero en buen uso no serían necesarios los recortes en Sanidad, Educación y Pensiones. 

Según José Antonio Piqueras ya en los primeros periodos constitucionales del XIX se registró en las Cortes la denuncia de corrupción para referirse a prácticas reprobables de los moderados: la presión ejercida sobre los empleados; de los gobernadores civiles a los jueces, los militares, los oficinistas, para que dieran el voto a las candidaturas del gobierno, y a continuación fueran removidos todos los que habían votado otras candidaturas cuando el voto no era secreto; lo que fue calificado en 1837 por los liberales de "torrente inmenso de corrupción". Corrupción era el comportamiento de quienes por su posición -alguien rico, el médico, el boticario, el cura, el notario- ejercía una influencia tal que impedía la libertad de elección, denuncia temprana del clientelismo organizado por los poderosos y quienes por su oficio tenían ascendiente en la población, antesala del caciquismo que entre 1875 y 1931, en la larga etapa de la Restauración, dominó el panorama social, politico y económico de España.

A lo largo de un excelente artículo, José Antonio Piqueras (Catedrático de Historia Contemporánea) nos lleva por el camino de la corrupción desde el siglo XIX hasta hoy, pasando por la dictadura franquista :

Terminada la Guerra Civil, la primera etapa de autarquía y racionamiento, con la Comisaría General de Abastecimientos y Transporte, el Servicio Nacional del Trigo y la Fiscalía de Tasas, la intervención de Estado en numerosos campos, favoreció la corrupción sin mecanismos correctivos de ningún tipo. Un informe de Falange, citando al ayudante de la Primera Región Aérea, reprochaba al que había sido gobernador civil de Madrid, Miguel Primo de Rivera, que hubiera "hecho gran cantidad de estraperlo y negocios sucios".

Las fortunas creadas en la posguerra al amparo de la victoria son deudoras de esas prácticas. Alcanzan desde el alquiler de presos políticos a empresas de construcción (1), que recibían las contratas del Estado, y que entre militares y contratistas desviaban parte de lo establecido que debía destinarse a alimentación de los cautivos o a su cartilla de ahorro, a contratas municipales como la concedida a un emigrado alemán, Ernesto Koplowitz. Este empresario se había iniciado en el estraperlo y en 1944 obtuvo del Ayuntamiento de Madrid el servicio de alumbrado y conservación del alcantarillado para una pequeña empresa, Construcciones y Reparaciones, de la que era accionista principal un falangista empleado de la Unión Eléctrica Madrileña, además de....concejal de alumbrado. Abiertas las puertas de acceso a las oficinas públicas y a la alta sociedad, termina haciéndose con la propiedad de la compañía en 1952 y le cambia el nombre por el de Construcciones y Contratas, la actual FCC. El marqués de Villaverde, consuegro de Franco, fue invitado a incorporarse a su consejo de administración.

Franco, además de incrementar su patrimonio de forma desorbitada, conocía y se servía de la corrupción de sus compañeros de armas para tenerlos controlados. Cuando los generales monárquicos, temiendo el triunfo aliado en la II Guerra Mundial comenzaron a trazar planes para la destitución del Caudillo, Franco recordó a Luis Orgaz, alto comisario y jefe del Ejército de Marruecos, los negocios ilícitos que tenía en el Protectorado. A los generales sumisos, al pasar a la reserva, les aguardaban los consejos de administración de las empresas públicas del Instituto Nacional de Industria. Muy íntegros no eran esos generales que en 1941 aceptaron importantes sumas de dinero del servicio británico de inteligencia para disuadir a Franco de la entrada en guerra junto a los alemanes: los generales Varela y Aranda recibieron dos millones de dólares; los generales Gallarza y Kindelán, un millón. Los pagos incluyeron al defenestrado Queipo de Llano y al general Orgaz. Hasta sorprende que cobrara dos millones el hermano del jefe del Estado, Nicolás Franco.




Personalmente, Franco desvió a sus cuentas parte de los donativos realizados durante la guerra a la llamada causa nacional. Según documenta Ángel Viñas en su último libro, La otra cara del Caudillo (Crítica) al término del conflicto "cedió" a la Comisaria de Abastecimientos el donativo hecho por Brasil al estado español de 600 toneladas de café, que cobró como si fuera una aportación privada. En agosto de 1940 el patrimonio del dictador ascendía a 34,3 millones de pesetas, equivalente a unos 400 millones de euros en valor actual (2). A lo largo del régimen invirtió en empresas por el procedimiento de aceptar la donación de participaciones.

El fenómeno antiguo, la bestia rampante, hizo su aparición en la nueva democracia, tan modélica como se pregonó. Los episodios conocidos de corrupción en los últimos 40 años ofrecen un repertorio bastante completo y variopinto.





En fin, mucho me temo que acabar con la corrupción va a ser imposible, intentemos al menos acabar con su impunidad de una vez por todas y caiga quien caiga. Empecemos por la que asola al Partido Popular, ahora lo tenemos al alcance de nuestras manos.



Benito Sacaluga






(2) En solo 4 años Franco acumuló un patrimonio de 400 millones de euros, a 100 millones por año, teniendo en cuenta los años que estuvo en el poder absoluto, cortos nos quedaríamos si estimásemos su fortuna acumulada en al menos 4.000 millones de euros.





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