7 de junio de 2014

PSOE, TRAICIONES A LA REPUBLICA




Dentro de unos días, si el pueblo no lo remedia, asistiremos a un espectáculo lamentable. Puestos en pié los diputados del PSOE rendirán un caluroso aplauso a Felipe VI, un aplauso babeante que durará minutos y al igual que el que tuvo lugar en el acceso al trono de su padre quedará grabado para siempre por las cámaras de televisión. La bancada socialista en pleno firmará con este aplauso, por ellos hecho posible, su renuncia al acceso a la dignidad que siempre deseó. Las imágenes grabadas serán testigos perpetuos de la enésima traición del PSOE a los republicanos que dieron su vida por una libertad que nunca acaba de llegar y a los socialistas que todavía secan las lágrimas que el recuerdo de sus antepasados les produce.

Presos de la disciplina de voto una multitud de anónimos diputados socialistas renunciaran voluntariamente a la libertad sometiendo su voto a las exigencias de un líder que nunca lo fue ni lo será. Rubalcaba pasará a la historia como el producto de una metástasis del cáncer felipista que solo será recordado a la hora de explicar las razones de la prostitución del PSOE y posiblemente de su desaparición, muchos de sus diputados de hoy ni siquiera serán recordados, las hemerotecas bastante tendrán con guardar la memoria de los socialistas corruptos económica e ideologicamente.

Pero no nos engañemos, el PSOE nunca fue republicano fiel, solo llego a ser un roído, reacio y prescindible mimbre injertado en nuestra historia republicana, un injerto que modificó el fruto del árbol republicano introduciendo en el una savia demasiado propensa a la mutación. El acceso al poder siempre ha sido y es su primer objetivo. Sus militantes observan y de momento callan, siguen callando a pesar de que su silencio ha permitido la rápida mutación del partido, de un partido fundado por un obrero que hoy saldría corriendo preso de la más agobiante decepción. Los cobardes motivos alegados para justificar su apoyo a la monarquía tras la muerte del dictador se reproducen hoy al igual que la falta de respeto a sus bases dada la maquinación llevada a cabo, negociada desde los despachos del poder sin contar ni con la militancia ni con las ejecutivas del partido, para garantizar la permanencia de una monarquía de origen franquista. Si a Indalecio Prieto el dictador debería haberle entregado una medalla por su colaboración en la victoria fascista en la guerra civil a causa de los continuos errores por él cometidos al frente de la cartera de Defensa, Rubalcaba debería ser condecorado por la Casa Real  en atención a los méritos demostrados en la defensa de la monarquía. A "Isidoro" también y con distinción de mayor rango. Un "Isidoro" protegido por el régimen franquista mientras que los miembros del PCE y bases socialistas y sindicalistas llenaban cárceles y comisarias y que incluso fue escoltado por un militar franquista a modo de salvoconducto en el congreso de Suresnes, militar al que un "Isidoro" ya destravestido nombró Jefe de la Junta de Jefes de Estado Mayor.

Años antes, durante los últimos momentos de la guerra civil ya traicionó el PSOE a la República al apoyar el golpe de estado de Casado contra Negrín. Una traición silenciada para muchos o burdamente justificada por el intento de una paz negociada, cuando en realidad era una maniobra encaminada a salvar sus culos e impedir que los comunistas tuviesen la suerte de vencer a Franco. El líder socialista Besteiro colaborador en el golpe de Casado, en 1938 se dirigía a la ejecutiva del PSOE en los siguientes términos:
"la guerra ha estado inspirada, dirigida y fomentada por los comunistas"…. "si la guerra se ganara, España sería comunista".
No contento con lo anterior volvía en marzo 1939 a hacer responsable a la República de las ambiciones fascistas de Hitler y motivaba su colaboración con los franquistas para justificar una rendición republicana según queda recogido en El Heraldo de Madrid:
¿cuál era el fin primordial -en apariencia al menos- del eje Roma-Berlín? Extirpar la planta comunista del suelo europeo. ¿Qué motivo han invocado Italia y Alemania para su intervención en la guerra de España? Impedir la aclimatación de esa planta en nuestra tierra. Ahora bien: la República española se ha adelantado por sí misma, sin auxilio alguno a este afán. ¿Cómo, pues, podrán, en lo sucesivo, justificar las potencias totalitarias en [sic] una lucha que a nosotros solamente afecta? No leguemos a los que han de suceder a la nuestra, tan atormentada, el solo recuerdo de nuestra gran tragedia. Pongamos a ésta el epílogo de una paz española...
Como no podía ser de otra manera Franco despreció cualquier oferta de rendición y comunicó al golpista Casado que solo aceptaría una rendición sin condiciones al mismo tiempo que iniciaba su ofensiva final sobre Madrid, Valencia, Alicante, Murcia y Cartagena. En definitiva lo que llevaron a cabo Casado y sus seguidores (PSOE) fue una traición a la República basada en demonizar a los comunistas, gran objetivo de Franco, para conseguir una solución a sus situaciones personales una vez que veían la guerra perdida. El Ejército del Frente Popular aún contaba con más de 200.000 hombres, aviación, artillería y la Flota prácticamente intacta. Los nazis invadieron Polonia el uno de septiembre de 1939, el 3 de septiembre, el Reino Unido, Australia, y Nueva Zelanda le declararon la guerra a Alemania, seguidos rápidamente por Francia, Sudáfrica y Canadá. Es lógico pensar que si la guerra en España se hubiera prolongado seis meses más los aliados europeos habrían intervenido de forma decisiva contra Franco, no ya para defender a la República Española sino para defender a Europa de la invasión nazi, del fascismo, labor esta en la que España era pionera desde 1936.

Según todo lo anterior parece lícito reconocer que el Partido Comunista de España, junto con una pequeña facción de PSOE, se quedaron solos en la defensa de España contra el fascismo. Según se ha podido comprobar posteriormente a través de documentos desclasificados, no existía ningún plan o proyecto de Stalin para sovietizar España, tal como afirmaban los seguidores de Casado y especialmente el PSOE a través de Besteiro. 

Años más tarde en el transcurso del IV Congreso del Movimiento Europeo,celebrado en Munich entre el 5 y el 8 de junio de 1962, al que acudieron por España  monárquicos liberales, republicanos, democristianos, socialistas, socialdemócratas, nacionalistas vascos y catalanes, reunidos bajo la alta autoridad de Salvador de Madariaga y con la ausencia del PCE, el PSOE volvió a las traiciones. En plena oleada de huelgas mineras en Asturias, y tras un primer y fallido intento español de ingresar en la Comunidad Económica Europea el PSOE volvió a poner en el mercado sus raíces republicanas; En el transcurso del Congreso Rodolfo Llopis secretario general del PSOE en el exilio. le pidió a Joaquín Satrústegui que transmitiera al Conde de Barcelona:
El PSOE tiene un compromiso con la República que mantendrá hasta el final. Ahora bien, si la Corona logra establecer pacíficamente una verdadera democracia, a partir de ese momento el PSOE respaldará lealmente a la Monarquía.
Compromiso con la República decía Llopis al mismo tiempo que manifestaba sin dudas su voluntad de incumplirlo a cambio de una restauración borbónica en la que el PSOE tuviese posibilidad de gobernar. Ahora nos habla Rubalcaba y sus barones de su compromiso con el consenso de la transición para justificar su maloliente y inaceptable apoyo a la monarquía. Palabras solo palabras para blindar su posición política, antes y ahora y sin que los ideales republicanos les importen lo más mínimo.¿Y las bases del PSOE? ¿Hasta cuando aguantaran este rosario de traiciones? Unas bases que realizan exclamaciones como esta:
“El PSOE actual es un partido asquerosamente monárquico, que defiende a los herederos de los asesinos que mataron a quienes defendieron con su vida al PSOE y a la república a pesar de saber que la monarquía es una institución corrupta.” (1)
manifestaciones que un militante efectúa mientras que depósita sus esperanzas en el próximo congreso para que su partido realmente sea un partido plenamente republicano. Difícil lo tienen. A mi modo de ver deberían empezar por romper la disciplina de voto en la votación de la ley orgánica que coronará al nuevo borbón. En España, en teoría, los diputados y senadores tienen libertad de voto según la Constitución. El artículo 67.2 dice que no están "ligados por mandato imperativo" y el 79.3 que el voto "es personal e indelegable". Pero hay partidos, como el PP y el PSOE, cuyos reglamentos internos prevén multas y que suelen tomar medidas políticas con quien se salte las reglas. Democracia de alcoba.



Benito Sacaluga.




(1) Párrafo extraído de artículo de Paco Arenas, Unidad Cívica por la República (12.11.2013)
Imagen de UCR
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario