2 de mayo de 2014

ENCUESTAS REALES






Acabo de leer en el diario El País que la Casa Real realiza encuestas cada quince días para saber el grado de popularidad del Rey. Mi primera reacción ha sido pensar que se trata de un error del periódico, hacer un sondeo de popularidad cada dos semanas sobre una persona que ningún día hace algo que pueda influir en la percepción que de ella se tiene me parece una real pérdida de tiempo y dinero. Pero no, el texto de la noticia es exacto, lo que me lleva a pensar que el monarca está continuamente de promoción y un tanto asustado. Me ha recordado a esas pelis americanas en las que el equipo electoral del congresista aspirante a presidente se pasa el día calculando los votos posibles en uno y otro Estado y en cuya campaña un discurso afortunado puede dar un vuelco total en la intención de voto. En España y sobre este asunto la cosa es muy diferente, la persona a valorar ha sido designada a dedo y solo pronuncia un discurso cada cincuenta y dos semanas que además es el mismo desde hace treinta y nueve años. Poca o ninguna seguridad tiene el Rey sobre su comportamiento y aceptación popular cuando necesita valorarlos continuamente.

Ignoro el contenido de las encuestas, de las preguntas que la componen, pero me imagino que estarán lo suficientemente estudiadas como para que el monarca siempre apruebe el examen y que, aunque parezca mentira, hasta consiga un notable. En caso de suspenso reiterado, cosa muy poco probable, habría que tomar medidas para relanzar su regia figura y hasta desear (sin mala intención y al mismo tiempo rogando para que no suceda) que alguna grave situación le dé la oportunidad de ganar puntos tal y como ocurrió el 23-F o incluso, porqué no, decidir que comparezca como invitado en el Sálvame de Luxe junto a Bárbara Rey y Belén Esteban defendiendo a la Fiesta Nacional y al Circo contando con la presencia en el plató de Carmen Enriquez por si hay que salir al quite.

Dice la última encuesta que la popularidad está aumentando y que así es gracias a que el Rey viaja por el mundo en plan de agente comercial para la élite empresarial española. Puede que la encuesta se haya realizado a las puertas de las oficinas de las empresas beneficiarias de los millonarios contratos conseguidos gracias a la intervención del monarca, es decir a dedo. También parece que ayuda el hecho de que su hija Cristina ya no sea portada y que su imputación se vea cada día más imposible.

En definitivas cuentas que lo que se mide en las encuestas es la popularidad de la persona, del Rey y no de la Institución, de la Monarquía que es lo que se debería hacer. Si lo importante para una Monarquía fuera la popularidad del monarca bastaría con sentar en el trono a Vicente del Bosque o a La Pantoja y arrasarían, tampoco es tan descabellado si recordamos que la futura reina de España es una modesta licenciada en periodismo aupada por la televisión estatal. Además esto de la mayor o menor popularidad nunca le hará pensar al rey en su marcha, ya se lo dejó claro a Adolfo Suárez: “Yo estoy aquí porque me ha puesto la Historia, con setecientos y pico años. Soy el heredero de 17 reyes de mi propia familia. La cosa está clara: uno de los dos sobra en este país. Y, como comprenderás, yo no pienso abdicar”

Esta preocupación del Rey por su popularidad, que llega al absurdo extremo de efectuar encuestas quincenales, que son como he dicho antes una pérdida de tiempo y dinero, tiene una solución. Bastaría con convocar un referéndum sobre el sistema de Estado: Monarquía o República. Si el Rey sale airoso ya no será necesario que haga más encuestas y si el referéndum sale en su contra tampoco. Para el rey lo malo del referéndum es que puede que lo pierda. La contestación a la pregunta a plantear no admite matices y solo hay dos respuestas posibles, SI o NO, a no ser que como en el caso de la OTAN nos vuelvan a hacer trampa y la pregunta sea: "MONARQUÍA, DE ENTRADA NO" y no sepamos exactamente que contestar.

Se imaginan al Rey haciendo campaña.


Benito Sacaluga.










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