31 de mayo de 2014

LA TERCERA REPUBLICA




Autor: Alberto Garzón Espinosa. Editorial de eldiario.es a modo de presentación del libro "La tercera república" Editorial Península Atalaya.

Habitualmente asociamos la noció́n de republicanismo a aquella visión política que prefiere como jefe de Estado a un presidente electo antes que a un rey. Ese republicanismo justificaría tal posicionamiento a veces en virtud de un supuesto ahorro económico y a veces en virtud de unos principios democráticos que harían intolerable que los miembros de una determinada familia se sitúen por encima del resto de los ciudadanos. Por lo tanto, el republicanismo coloquial es algo así como una sencilla actitud de oposición a la monarquía.

No obstante, el imaginario colectivo en España asocia también el republicanismo con sus dos únicas experiencias políticas de democracia republicana y, particularmente, con su corta duración. La Primera República duró apenas un año y once meses, desde febrero de 1873 hasta el 29 de diciembre de 1874, y terminó con el golpe de Estado del general Martínez Campos. Fue una época turbulenta, como en general todo el siglo XIX español, con guerras dentro y fuera de la península y con una beligerante rivalidad política entre diferentes ideologías. La Segunda República no tuvo mucha mejor suerte, pues en la práctica duró desde el 14 de abril de 1931 hasta el 18 de julio de 1936, cuando, tras la victoria de las fuerzas de izquierdas en las elecciones, el general Francisco Franco dio un golpe de Estado contra la democracia. Y tras tres años de guerra civil, las fuerzas vencedoras impondrían una severa dictadura que duraría formalmente hasta 1978.

Tras la llamada Transición, España volvió a tener una monarquía. El Reino de España. Y hoy los edificios públicos están presididos por el retrato del monarca, mientras que en los actos oficiales más importantes nunca falla algún miembro de la Casa Real. Están por todas partes, y su históricamente buena reputación está vinculada al relato de la Transición española, según el cual el actual rey de España, Juan Carlos I (1938), habría intercedido a favor de la democracia en los momentos más duros para la sociedad española.

Pero parece que esos buenos tiempos monárquicos han pasado a mejor vida. Los escándalos de la Casa Real no dejan de emerger a la superficie. Por un lado, el Rey aparece vinculado a negocios de intermediación comercial donde se obtienen jugosas comisiones, y todo ello en el seno de una oscura red que incluye la utilización de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y cuentas en paraísos fiscales. Por otro lado, la investigación del caso Nóos, una inmensa trama de corrupción, ha servido para acusar entre otros al yerno real Iñaki Urdangarín y a la infanta Cristina de Borbón. A todo ello cabe sumar algunas noticias de una cierta inmoralidad protagonizadas de vez en cuando por la Casa Real, como cacerías de elefantes en África o la utilización de servicios sanitarios privados. Quizá por ello, en octubre de 2011, y por primera vez desde la Transición, la Casa Real suspendió con un 4,8 en la valoración ciudadana. En 2013 esa nota había descendido ya al 3,68.

Pero otras instituciones del Estado han salido prestas en su defensa, y en ocasiones de una forma muy férrea. En primer lugar, ocultando los datos que ponen de relieve la pérdida de apoyo social. El CIS dejó de preguntar por la Casa Real durante un tiempo considerable nada más se conoció el primer suspenso. En segundo lugar, y mucho más grave, durante la investigación del caso Nóos el papel del Ministerio Fiscal y el Ministerio de Hacienda fue de enorme genuflexión ante los intereses monárquicos, tratando de sacar a la infanta del atolladero en el que ella misma se había metido. El propio presidente del Gobierno salió en defensa de la infanta a la par que los medios de comunicación más cercanos al poder político iniciaron una campaña de criminalización del juez instructor del caso. Parece como si de la brecha abierta en la Casa Real dependiese todo el entramado político del país. Y, en consecuencia, uno puede suponer que estamos ante una estrategia que pasa por rescatar a la monarquía para salvar así al régimen.

Un régimen absolutamente corrupto y en crisis permanente desde hace años. Algunos de los casos de corrupción más sonados no han hecho sino incrementar esa sensación. En febrero de 2009, en plena crisis económica, se inició la investigación de un extraordinario caso de corrupción al que se convino en llamar «caso Gürtel». Se trataba de una red de empresas que se beneficiaban de los favores de la administración pública a cambio de sobornos de distinta naturaleza. Aunque el corazón de la red se situaba en la Comunidad Valenciana, pronto se supo que había importantes implicaciones al menos también en la Comunidad de Madrid y en Galicia.

Aquel caso puso al descubierto las estrechas interrelaciones que existían entre los corruptos y sus formaciones políticas, la mayoría del Partido Popular, y los corruptores y sus empresas y redes de financiación. El uso de los paraísos fiscales fue común, y precisamente tirando de ese hilo se llegó a otros muchos casos similares. La economía del país estaba seca y ya no fluía el dinero como antes, por lo que emergía toda la basura que había estado en las cloacas del sistema durante muchos años. El juez instructor del caso Gürtel, Baltasar Garzón, fue acusado de prevaricación y retirado de la investigación. Fue condenado por vulnerar el derecho a la intimidad de los presos acusados, pero en el imaginario colectivo fue considerado una víctima de las redes mafiosas del poder político y económico.

En enero de 2013 estallaría otro escándalo de corrupción, también del Partido Popular, al que se conocería popularmente como «caso Bárcenas». Según la información publicada por diversos medios de comunicación, el que fuera durante más de una decena de años el encargado de las finanzas del PP habría pagado en negro, a través de sobres, importantes sobresueldos a toda la cúpula de su partido. Ese dinero, además, habría provenido de una serie de empresas donantes que, casualmente, también se habrían beneficiado de concesiones públicas. De ese modo, salía a la luz de nuevo el juego de favores entre el poder público y el poder privado, esto es, entre los gobernantes políticos y las grandes empresas privadas.

Mientras toda esa basura emergía, la economía de España estaba a punto de entrar en quiebra. El sistema financiero, que había participado muy alegremente de la burbuja inmobiliaria, fue rescatado por los diferentes gobiernos del PSOE y del PP. Una de las entidades rescatadas, Caja Madrid-Bankia, había sido el pulmón de los tratos de favor en la Comunidad de Madrid y más allá. Quienes fueran los administradores de la entidad, con presidencia de Miguel Blesa y vicepresidencia de José Antonio Moral Santín, habrían participado en oscuras operaciones financieras muy vinculadas a la corrupción. La investigación judicial posterior, dirigida por el juez Elpidio José Silva, concluyó en dos ocasiones que Blesa debía pasar por prisión. Al poco tiempo el juez Silva había quedado fuera del caso, acusado de prevaricación, y el exdirector de la entidad salió libre. Sin embargo, los correos electrónicos de Blesa fueron liberados por una filtración, y permitieron que todo el mundo comprobara fehacientemente cuán estrechas eran las relaciones entre el poder público y el poder privado.

Por todo lo anterior, da la sensación de que el republicanismo –como enfoque político opuesto a la monarquía– tiene cada vez más cabida en España. Lo tiene por méritos propios de la monarquía, aunque también por el escenario político en el que se da. Y precisamente quizá por ello pueda naufragar la estrategia política del sistema, que no es otra que legitimar al heredero al trono, el ciudadano Felipe de Borbón.

Pero este libro, sin embargo, no va de eso. O al menos no solo de eso. Este libro va mucho más allá y tiene como humilde aspiración convertirse en una herramienta de formación política republicana, entendiendo aquí el republicanismo no como simple momento antagónico de lo monárquico sino como una tradición política íntegra. Es decir, como un paradigma a través del cual entender mejor las cuestiones políticas. Lo que sostenemos es que desde el enfoque republicano podemos dar mejores y más justas soluciones a los problemas reales que asolan nuestras sociedades, tales como la falta de acceso a los suministros más básicos, la falta de confianza en el sistema político y la creciente desigualdad que desborda la cohesión social.

No obstante, muchos de esos problemas se han agudizado como consecuencia del proceso de transformación económica y social que estamos viviendo en los últimos años. La crisis económica ha desencadenado una grave crisis social, pero además las reformas radicales aprobadas por los diferentes gobiernos no han hecho sino empeorar la situación. Sin embargo, debemos entender tales reformas como partes esenciales de una estrategia de consolidación del capitalismo en España. Efectivamente, todos los cambios institucionales, que van desde la reforma de la Constitución hasta las reformas laborales o del sistema financiero, han tenido como propósito consolidar un nuevo modelo de crecimiento económico que impidiese el colapso del capitalismo en nuestro país. Las dramáticas consecuencias sociales son, desde este punto de vista, meros daños colaterales del proceso de ajuste a unas nuevas condiciones económicas. O, dicho de otra forma, para que el capitalismo pueda sobrevivir ha sido necesario, y sigue siéndolo en el marco de una espiral sin fin, liquidar muchos de los derechos sociales y económicos conquistados hasta ahora.

Todos estos objetivos requieren un proceso constituyente que ya está en marcha. Pero aquí no entendemos el proceso constituyente como la mera elaboración de una nueva Constitución, sino como un proceso de construcción de nuevas instituciones políticas entre las cuales la de mayor rango es la Constitución. Y en el marco nacional podemos convenir en apellidar tal proceso constituyente Restauración borbónica, por el papel central que la monarquía y los dos principales partidos políticos de la actualidad juegan en su consecución.

Sin embargo, la Constitución de 1978 ha perdido gran parte del apoyo social que tenía hasta hace algunos años. Las razones son varias: los incumplimientos sistemáticos de sus garantías positivas; la interpretación jurídica cada vez más conservadora de sus aspectos sociales; su superación por normativa jurídica supraestatal mucho menos garantista, y su reforma exprés en verano de 2011 para adecuarla al proyecto económico impuesto por la troika.

Precisamente por todo lo anterior, lo que nosotros ofrecemos es responder a ese proceso de regresión social con una alternativa constituyente republicana. Con una ruptura democrática. No hay vuelta atrás, y la sociedad va a transformarse hasta el punto de ser irreconocible en unos pocos años. La encrucijada exige elegir nuestro propio destino político y social. Queremos una sociedad democrática, con nuevas reglas políticas y con conquistas sociales que reflejen la obtención del poder político por parte de los de abajo.

Y la receta que nos proporciona la tradición republicana para España pasa, necesariamente, por un nuevo proceso constituyente que supere al régimen del 78. Pero quepa la advertencia: no se trata solo de redactar una nueva Constitución, sino de algo mucho más ambicioso. Se trata de construir una base social suficientemente amplia que apoye y sostenga un cambio radical en las instituciones públicas, con el fin de consolidar una democracia plena. Y para ello es fundamental poder delimitar adecuadamente qué entendemos por democracia y para qué queremos las instituciones públicas.

29 de mayo de 2014

¿QUO VADIS? RUBALCABA





Rubalcaba: eres muy cansino, mucho. Entiendo que llevando en el PSOE desde 1974 (cuarenta años) te cueste decir adiós. Yo lo que creo es que no deberías decir adiós, deberías despedirte diciendo: "Vale, vale, que ya me voy" y acto seguido entregar tu acta de diputado, recoger los trastos de tu escritorio y largarte para no aparecer nunca más. Siendo como eres el máximo responsable de que el PSOE haya conseguido los peores resultados de su historia en las dos últimas elecciones celebradas ya te deberían haber echado. Una vez hecho esto tendrás tiempo para terminar tu libro de memorias, llevárselo a Planeta para que te lo publique y al mismo tiempo podrás medrar para que te cedan un sillón en algún consejo de administración de esas empresas a las que has favorecido y favoreces a costa nuestra.

Si tuvieras un mínimo de dignidad el 26 de mayo pasado ya te habrías despedido de todos y de todas, pero no, te empeñas en organizar tu propio entierro y hasta en elegir a los componentes de la orquesta que interprete la marcha fúnebre aunque ello suponga otra bofetada a las bases de ese partido al que has destruido con la inestimable ayuda de tu fiel "comando". Dices que has consultado con tus barones, puede que sea cierto pero en cualquier caso es como si hubieras consultado con el espejo de tu cuarto de baño. 

Según dices vas a convocar un Congreso para finales de julio cuando lo lógico es que ya estuvierais reunidos para disolver las ejecutivas nacionales y provinciales del partido, nombrar una comisión gestora y permitir que el aire fresco ventilase el hedor que sale por las ventanas de Ferraz y la sedes de UGT, únicos lugares donde sigue siendo válida la O de vuestras siglas pero no para defender al obrero sino para robarle. 

Tú que eres un hombre "cultivado" sabrás como se las ponían a Fernando VII cuando jugaba al billar, pues bien a ti el PP te las puso mejor en las pasadas elecciones pero no lo pudiste aprovechar por la sencilla razón de que en tu partido la corrupción política y económica no tiene nada que envidiar a la del PP. "Mejor nos callamos" fue lo que pactaste con la extrema derecha en lugar de tirar de esa manta que os cobija a los dos y acto seguido eliminar de tu partido a todos los imputados y a todos los imputables y obligando a la UGT a seguir tu ejemplo.

Creo sinceramente que no has participado de la fiesta de la corrupción económica, pero tampoco has luchado contra ella, por el contrario si te hago responsable de las políticas neoliberales del PSOE, de la corrupción de tu partido política e ideologicamente hablando, el hecho de que tu mismo digas que te "encuentras a gusto en la monarquía" es una bofetada a las bases socialistas y un certero torpedo en la línea de flotación del PSOE. Tu aplauso a la reforma del artículo 135 de la Constitución vendiendo nuestros salarios a los mercados financieros no es más que una muestra de lo apartado que estás no ya del socialismo, también de la social-democracia, unas guindas por ti exclusivamente puestas en ese pastel ya caduco y podrido que es hoy tu partido.

Siendo como es hoy por hoy necesario el PSOE para vencer totalmente a la extrema derecha que nos gobierna haciendo frente común con la izquierda española debes apartarte del partido, tanto tú como la nueva-vieja guardia, en resumen todos aquellos que te han aplaudido a ti y a Zapatero en el Congreso deben dejar la primera fila, también Felipe Gonzalez debe callar, para que sea la militancia la que decida quien va a refundar un PSOE que agoniza. En una situación como en la que se encuentra el PSOE actualmente no vale un cambio de caras ni de discurso, hay que hacer limpieza y tu no eres el indicado para hacerla. El PSOE debe dejar de una vez por todas su cacareada "vocación de gobierno" y recuperar la única vocación que justifica su existencia, que no es otra que la del servicio a la clase trabajadora y la defensa a ultranza de sus derechos. Vete y no conviertas la refundación del PSOE en una "transición" como la de 1976 con Ley de Amnistía incluida.


Benito Sacaluga


26 de mayo de 2014

CONTANDO VOTOS




Ayer pasé el día como vocal en la mesa electoral de un colegio situado en un barrio obrero madrileño, los comentarios de los votantes y la cara de pocos amigos de los apoderados del PP y del PSOE que deambulaban por allí anunciaban la muerte del bipartidismo y con ella el renacer de la democracia con mayúsculas, muerte y renacer que de haberse conseguido una participación ciudadana más elevada habría convertido el día de hoy en una gran fiesta para la clase trabajadora. Representantes del PSOE deprimidos y representantes del PP profundamente cabreados; estos últimos profusamente adornados de los signos externos y la vestimenta que les identifica hasta tal punto que no era necesario mirar la acreditación que les colgaba del cuello para saber que eran los representantes de ese partido de extrema derecha que ha sido y es el Partido Popular, unamos a esto su actitud ineducada y desafiante con los miembros de las mesas y cualquier posible duda sobre su ideología quedaba inmediatamente despejada. Si por ellos hubiera sido se habrían quemado las urnas. Con la jornada en su punto de inflexión, acompañado por los apoderados del PP hizo acto de presencia un individuo que parecía recién salido de la cafetería Galaxia, chaqueta blazier sobre polo amarillo, impecables vaqueros y mocasines de ante rojo con hebillas doradas recubrían al sujeto, 30 años, 1,90 metros de altura rematada con una decadente cabellera que engominada en su norte daba paso en el sur a unos estudiados y brillantes rizos, una bandera con piernas. El posfranquismo en su más fiel representación. No dijo nada, solo nos miró como quien mira a un posible enemigo y acompañado de su correligionarios abandonó el colegio alejándose al volante de un flamante bemeuve, imagino que con porra extensible en la guantera y bate de béisbol en el maletero.

Nuestro hombre pudo comprobar, sin duda, que las colas para votar estaban repletas de ciudadanos de clase humilde y que sus miradas de reproche no dejaban lugar a dudas de que había sido identificado como ese hijo de papá que no sabe ni sabrá lo que es vivir a golpe de sacrificios. Escondió su cara pulsera bicolor bajo la manga de su chaqueta y se fue, imagino que a la terraza de alguna cervecería de la calle Goya a calzarse junto a sus colegas una buena ración de gambas de esas de a trescientos euros el kilo y más de una jarra de cerveza de esas de a seis euros la unidad mientras que mirándose a través de los negros cristales  de sus Ray Ban se dedicarían a comentar sobre la enorme cantidad de chusma obrera que hay en "su" España.

Cuando contamos los votos el PP obtuvo el 23% de ellos, el resto de partidos votados, todos de izquierdas menos tres papeletas que mostraban en su logotipo el águila de San Juan, el yugo y las flechas, conseguían el 73% restante; en resumen un 73% de los votos depositados eran para la izquierda repartidos mayoritariamente entre PSOE, IU y Podemos y algo para ese híbrido conceptual que es UPyD. Sin embargo nos dicen desde Genova que el PP ha ganado las elecciones cuando en realidad solo ha sido el partido más votado cosa que no es lo mismo aunque se empeñen en hacérnoslo creer. En apoyo de lo que acabo de escribir solo he de recordar que la democracia es el gobierno de las mayorías y ayer las mayorías estaban representadas por la izquierda, una izquierda que unida y en el caso de que las elecciones hubiesen sido unas generales habrían colocado al PP en la oposición y completamente alejado de cualquier expectativa de recuperación diferente a un golpe de estado. Unamos a esto el triunfo de la opción republicana en Cataluña y concluiremos que hoy en Zarzuela y en su principesco palacete colindante no deben haber disfrutado demasiado del regio desayuno habitual.

Si la izquierda española no reacciona y aquí debo incluir como tal a las bases del PSOE, sin duda presenciaremos un matrimonio entre PP y PSOE, una unión condenada al fracaso pero que les permitirá seguir cometiendo las tropelías a las que ambos nos tienen acostumbrados para que, además, finalmente su caro divorcio sea a cargo nuestro.

En Francia ha ganado la extrema derecha, el PP lo celebrará a escondidas al mismo tiempo que estudiará la forma de aproximarse a ella sin que se note en España. Los socialistas franceses consideran como muy grave que la extrema derecha haya triunfado, en España los socialistas estudian la forma de coaligarse con la extrema derecha española, con el PP. Puede que España siga siendo "diferente" pero los españoles no deberiamos permanecer impasibles ante el engaño y menos aún si nuestro voto se utiliza como moneda de cambio entre los mercaderes del poder.

Benito Sacaluga.










17 de mayo de 2014

CUANDO PUBLICAR COSTABA LA VIDA


¿Volveremos a esto?

11 de agosto de 1942. Ese caluroso día y a primeras horas de la mañana fueron ejecutadas en Almería ocho personas implicadas en lo que la represión franquista determinó como una conspiración antifranquista. Una amasada parodia de consejo de guerra acabó injustamente con la vida de estos almerienses acusados del "delito" de difundir el parte inglés. Un simple folleto que no contenía otra cosa que recoger copiadas a máquina las noticias emitidas por la emisora BBC de Londres. Hubo un centenar de detenidos en toda la provincia por repartir o divulgar el susodicho "parte inglés". Las ejecuciones tuvieron lugar en una de las tapias laterales del cementerio de San José de Almería. 

Con estos asesinatos se cumplía sentencia de la causa instruida en 1941 contra Joaquín Villaespesa Quintana, Encarnación García Córdoba, Cristóbal Company García, Francisco García Luna, Antonio González Estrella, Juan Hernández Granados, Diego Molina Matarín y Francisco Martín Vázquez, considerados por las autoridades franquistas como autores de un delito de adhesión y auxilio a la rebelión e infracción a la Ley de Seguridad del Estado. Consideraron a las victimas como miembros de una organización clandestina de tipo marxista dedicada a la propaganda, agitación, acción y socorro rojo. El proceso se inició el 28 de abril de 1941 y se cerró el 11 de agosto con la masiva ejecución.

Además se dictaron cuatro sentencias de cadena perpetua y decenas de largas condenas a los 101 encausados siendo muy pocos los que lograron la absolución, entre ellos Miguel Castillo Socias aunque también vivió como el resto de sus compañeros la dureza del Ingenio, aquella vieja cárcel de Los Molinos donde eran encarcelados los "desafectos" al régimen.

El juicio celebrado en la Escuela de Artes y Oficios de Almería en el actual instituto Celia Viñas fue una burda pantomima. Las victimas condenadas a muerte no eran criminales, solo jóvenes luchadores antifascistas detenidos por distribuir clandestinamente los boletines informativos emitidos por la BBC inglesa. Estos boletines eran conocidos por su amplia difusión en España. Se limitaban a traducir, copiar y distribuir las informaciones que sobre la guerra mundial emitía la BBC de Londres y donde España en esos años apostaba por Alemania e Italia en la contienda.

Los ocho almerienses fueron acusados de intrigar y querer favorecer la victoria de Inglaterra y la URSS en la II Guerra Mundial, lo que podría llevar aparejado propiciar un cambio de régimen en España. Se les consideró "autores de un delito de adhesión a la rebelión, como parte de una organización clandestina de tipo marxista para la propaganda, la agitación, acción y el socorro rojo".

En el año 1941 la policía detuvo en la capital y provincia a más de un centenar de almerienses sospechosos de ser contrarios al régimen del general Franco, en plena fase represiva. Su paso por la cárcel del "Ingenio" fue un rosario de sufrimientos. Los hombres fueron aislados y apenas tenían contacto con el resto de los internos.

El juicio contra los procesados por el llamado caso del "Parte Inglés" tuvo extrañas connotaciones y dudosas garantías procesales. El periódico «Yugo» de Almería, jueves 14 de mayo de 1942, insertaba la orden de la plaza para el día 13 de mayo de1942: «El próximo día 18, a las nueve horas y en el Salón de Actos de la Escuela de Artes y Oficios de esta capital, se celebrará Consejo de Guerra de Plaza para ver y fallar la causa núm. 1319, tramitada por el procedimiento sumarísimo y ultimada en período plenario por el Alférez e Instructor don Ismael Gómez de las Nievas, contra los encartados siguientes: Joaquín Villaespesa Quintana y dieciocho más, por el delito de Adhesión a la Rebelión; Miguel X. X. y sesenta y seis más, por el de Auxilio a la Rebelión, y Vicente Martínez Alarcón y trece más por infracción de la Ley de Seguridad del Estado. Firmado: El Coronel Gobernador Militar, Ricardo Alonso Vega».

Entre las víctimas, una joven muchacha de 20 años, Encarnación Magaña Gómez quien a la larga sería la única mujer fusilada en Almería durante la posguerra. Durante su estancia en la cárcel de mujeres de Gachas Colorás, la joven demostró una gran entereza fue un ejemplo para el resto de las mujeres allí detenidas. A la jefa de la prisión Mercedes Campos le sobrevino un desfallecimiento y tuvo que ser sustituida por otra funcionaria en el momento de trasladar a la muchacha a la celda de aislamiento antes de entrar en capilla para su ejecución. Al filo de la madrugada llegó "La Leona" como era conocido el camión que transportaba a los presos para su fusilamiento.

Una vez en el cementerio, llegado el momento Encarna Magaña se niega a recibir la comunión igual que el resto de sus compañeros excepto Joaquín Villaespesa Quintana, estudiante de Medicina, que estuvo acompañado de Andrés Martínez, intimo amigo de bachiller y párroco de Sorbas. Cuando la joven llegó a las tapias del cementerio para ser ejecutada fue besando uno por uno a sus compañeros. Mostró su orgullo sin lágrimas en los ojos. Se alineó junto a ellos y sus ultimas palabras fueron" ¡Tirad al corazón! ¡Matadme! 

Un piquete de veinte hombres al mando de un oficial. Suenan las descargas y los ocho cuerpos caen fulminados al suelo. Los cadáveres fueron echados en una fosa común y se les enterró. Solo el cadáver de Villaespesa fue exhumado de la fosa común y enterrado en el panteón familiar. Los familiares de las restantes victimas no pudieron velarlos en la intimidad.

Fuente : elalmeria.es (2010)

16 de mayo de 2014

PISTOLAS Y RATONES





Esto de llevar pistola no pasa de moda, una moda que mucho me temo cada día es seguida por mayor numero de personas. Según estadísticas recientes el 10% de los españoles tiene al menos un arma de fuego a su disposición, por supuesto en las estadística no se incluyen las de militares, policías y similares. Un dato que ciertamente acojona, más aún hoy que gracias a nuestros banqueros y nuestros políticos andamos todos bastante cabreados. José Antonio Primo de Rivera no se separaba de su pistola, Indalecio Prieto tampoco, este último hasta llegó a esgrimirla en un pleno del Congreso donde se trataba el espinoso tema de las Autonomías allá por 1934 y no precisamente para invitar a los demás a que se sentaran.

Digo yo que quien se compra una pistola será por que piensa hacer uso de ella, lo cual me parece mucho más peligroso que hacerse con una pancarta de Stop Desahucios o una bandera tricolor, sin embargo para la derecha española los peligrosos somos los de la pancarta y la bandera. Aquel que tiene una escopeta siempre lo justificará por su noble afición de liarse a tiros con los conejos o porque le es imprescindible para reventar joyerías de barrio, si lo que tiene es una pistola dirá que es para defenderse. El caso es que en España la fabricación y venta de estos artilugios es completamente legal y cualquiera se puede hacer con uno por menos de lo que cuesta un portátil de última generación. De seguir así el panorama y dado que los españoles somos de aprender fácil, al igual que ya conocemos perfectamente el argot ese de stand by, recesión, activos tóxicos, prima de riesgo y demás términos financieros, pronto seremos unos expertos en calibres, balistica y cartucheria y hasta discutiremos con nuestras amistades sobre la bondad y ventajas inigualables de nuestro revolver tal y como se hace con el coche o el teléfono móvil. 

Después de lo sucedido en León puede que los políticos sean los primeros en hacer acopio de pistolas y sobaqueras, al fin y al cabo ellos no pasan por los detectores de metales y todos acaban de coincidir en que su oficio es de alto riesgo y además se ven como objetivo, como dianas móviles a donde apuntan los descontentos. Al igual que para conseguir un permiso de armas de fuego basta con ser joyero ahora el hecho de ser político asegurará el éxito del trámite, no digamos ya si en el seno de la familia del solicitante figura algún militar, policía o guardia civil.

A pesar de las muertes que las armas de fuego ocasionan, que para eso están, nada se ha escuchado estos días sobre la necesidad de aumentar los controles de las mismas y de endurecer la concesión de los permisos para su adquisición y uso. Por el contrario y sin que las redes sociales tengan nada que ver con el asesinato de León se ha puesto en marcha una campaña criminalizadora de las redes y se clama, se exige, desde la derecha política la necesidad de modificar el Código Penal en relación con los posibles delitos que se puedan cometer desde las redes sociales, tipificando estos y endureciendo las penas. Los medios de comunicación más rancios como ABC y La Razón en prensa e Intereconomía y 13TV(COPE) en la televisión, por poner unos ejemplos, atacan sin ningún tipo de escrúpulo a las redes pidiendo de paso la detención policial de cientos de internautas por el solo hecho de opinar en libertad, olvidando que el sentimiento de alegría o pena por la muerte de alguien o la ausencia de ambos ni es un delito ni lo será, como tampoco lo es ni lo deberá ser el manifestarlo públicamente. 

La derecha condena la violencia y acusa a las redes sociales de ser un instrumento de incitación y apología de la misma, olvidando, entre otras muchas cosas más, que en 1975 aún existía en España la pena de muerte y que en ese mismo año se ejecutaron a tres activistas antifranquistas... y lo aplaudieron de forma unánime, al igual que muchos aplaudieron en 1977 el asesinato a tiros de cinco abogados laboralistas a manos de la ultra derecha. Preguntémonos cuán diferente hubiera sido todo si en aquellos años hubieran existido las redes sociales. La derecha carga contra las redes sociales por incitación a la violencia y al mismo tiempo rinde homenaje a una división de militares enviada a luchar a las órdenes de Hitler y mantiene intocable el mayor monumento que existe en el mundo levantado a la memoria de un genocida, ¿que mayor apología de la violencia se puede cometer?.

A los desheredados solo nos queda la libertad y la protesta para defendernos, ni tenemos pistolas ni las queremos tener, nos basta con un simple ratón y ahora nos lo quieren quitar. Quieren callarnos por medio del miedo, ejerciendo el poder que nosotros mismos les hemos otorgado, un poder que, no lo olvidemos, les podemos arrebatar con el simple gesto de introducir un sobre de papel en una urna, hagámoslo y convenzamos a los demás para que también lo hagan.

Benito Sacaluga




14 de mayo de 2014

ELECCIONES EUROPEAS O REFERÉNDUM NACIONAL





El 25 de mayo se celebran elecciones en toda la Unión Europea para según dicen elegir a aquellos que representaran a cada país miembro en el Parlamento Europeo. En el resto de países no se como se lo están montando los candidatos y candidatas pero en España lejos de ofrecer argumentos válidos para decidir a quien votar la campaña electoral se ha convertido en un referéndum de andar por casa destinado a valorar la acción del Gobierno y a reforzar el nocivo bipartidismo. 

En las elecciones nacionales los ganadores están llamados a formar gobierno, en las europeas el partido domestico que las gane dependerá de los resultados de los demás países para hacerse con el control, el partido que gane en España no tiene la certeza de que dicha victoria le vaya a servir para mucho en Bruselas o incluso puede que no les sirva para nada, todo dependerá del global de los resultados de los países miembros. A ellos, a los partidos eso de momento les da igual, tan igual como no saber explicar que es lo que piensan hacer en Europa en el improbable caso de que les dejen hacer algo. Todos se empeñan en convencernos de lo importante y decisivo que es para todos el Parlamento Europeo pero sin embargo colocan en sus listas todo el material de desecho de que disponen, leer las listas del PP y del PSOE es un violento empujón hacia la abstención, si piensan votar no las lean, voten a las siglas que al fin y al cabo es lo que venimos haciendo en España desde que un cuatro de enero de 1977 se aprobó la Ley para la Reforma Política, y así nos va.

En otros países como Inglaterra, Dinamarca o Suecia, por poner tres ejemplos, las cifras que arroje la abstención serán el barómetro de la aceptación de la Unión Europea por parte de sus habitantes y sus gobernantes puede que hasta reconsideren la conveniencia de pertenecer a ese desigual club. En España, que para eso es diferente, los resultados se interpretaran en clave interna, serán el espaldarazo a las políticas del Partido Popular o por el contrario el castigo a su servilismo, corrupción, incompetencia y falta de consideración hacia la población española, un pueblo al que tiene sumido en una espiral de pobreza galopante y al que día a día recorta libertades. Los índices de abstención serán considerados como crónicos o como un castigo a Europa, nunca como una valoración del desprecio que los españoles sienten por la clase política española, aunque ellos, nuestros políticos, sepan que es así.

Por otro lado PP y PSOE hoy más que nunca van juntos, el temor que les produce la existencia de partidos emergentes o el ascenso de Izquierda Unida y UPyD, refuerza su miedo a perder la hasta hoy inexpugnable alternancia en el poder, una alternancia que para ellos está por encima de todo, y que es mucho más fuerte y decisiva que los dogmas que pregonan, que su esencia, que sus militantes y por descontado que los españoles.

Con el PSOE en interminable proceso de descomposición, con el Partido Popular investigado seriamente por la Justicia y con el país empobrecido y sin esperanzas, creo que ya va siendo hora de renovar el armario político, de tirar a la basura esa ropa que además de rancia nos aprieta hasta ahogarnos, cambiarla por otra nueva y sobre todo cambiar de sastre. Si el PP sale favorecido en estas elecciones se creerá legitimado para efectuar nuevos recortes sociales, económicos y de derechos adquiridos. Si es el PSOE el que recupera espacio dará por buena su inexistente oposición y comenzará a engrasar la maquinaria de pactos con vistas a 2015. En cualquier caso todos menos ellos saldremos perdiendo.

Solo una cosa más, la abstención o el voto en blanco favorece a los grandes partidos y ellos en estas elecciones nunca lo interpretaran como un castigo, miraran para otro lado y recogerán el fruto para después justificar sus políticas alegando que gozan de la mayoría de los votantes aunque esa mayoría solo represente a menos del 10% de la población.

Benito Sacaluga





9 de mayo de 2014

ESTADO POLICIAL





Según publica eldiario.es un juzgado de Barcelona está encargado de la instrucción de una causa derivada de la denuncia presentada por varios jueces contra el diario "La Razón" relacionada con la publicación de las fotografías de sus DNI. Los treinta y tres jueces se habían manifestado partidarios de la celebración de la consulta sobre la independencia de Cataluña y La Razón les puso en la picota con foto y todo en un artículo titulado "La conspiración de 33 jueces soberanistas" Según el juez, la publicación de las fotos puede suponer un delito contra el derecho a la intimidad y a la propia imagen porque estas fotografías de la base de datos del DNI no tienen como finalidad la de su publicación.

En el transcurso de la instrucción el juez tomó declaración en calidad de testigos a tres policías de la Brigada de Información de la Policía Nacional que reconocieron haber consultado las bases de datos del DNI en relación a los jueces, "con la finalidad de incluirlas en un informe que les había sido ordenado", manifestando además desconocer como las fotos de los jueces pudieron caer en manos de La Razón, negando rotundamente haber sido ellos los autores de la filtración de las fotografías.

El pasado siete de mayo el Juez amplió la denuncia de los jueces citando a declarar como imputado al director del diario, Francisco Marhuenda. El diario ultra-conservador aún no ha facilitado la información sobre como consiguió las imágenes, pero lo hará. Aquí no cabe la trampa de respetar el anonimato de la fuente ya que está claro que los medios utilizados para conseguir las imágenes no han sido legales y así lo ha explicado ya el Juez.

Filtraciones aparte, aquí lo verdaderamente importante es el hecho de que la Brigada de Información de la Policía Nacional ( la policía secreta) estaba efectuando un "informe" sobre los jueces partidarios de la consulta catalana. Parece lógico pensar que la policía no ha actuado de motu propio, alertada por la comisión de un posible delito, si no que lo ha hecho obedeciendo órdenes superiores. Sospecha que toma cuerpo de veracidad si tenemos en cuenta que las funciones de la Brigada se centran en:
La captación, recepción tratamiento y desarrollo de la información de interés para el orden y la seguridad pública. 
La Utilización operativa de la información, específicamente en materia anti-terrorista en el ámbito nacional e internacional.
Que la policía secreta investigue a un grupo de jueces por haber defendido abiertamente la legalidad del referéndum “en el actual marco constitucional, desde una perspectiva dinámica y viva, no sacramental, de la Constitución”, es mucho más que preocupante si tal y como nos quieren hacer creer en España impera el Estado de Derecho y no un Estado Policial represor de las libertades más básicas como es el derecho a manifestar libremente las ideas de cada uno sujetas a las limitaciones que impone del texto constitucional, concretamente y en este caso a lo dictado en el Artículo 16 de la Constitución de 1978, Apartado 1º:
"Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley".
y en su Artículo 20 Apartado 1.a:
"1.- Se reconocen y protegen los derechos: 
a).-A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de comunicación".
La realización del informe en cuestión fue ordenada por el  jefe de la Brigada de Información, el cual asumió ante el Juez toda la responsabilidad sobre el asunto declarando que ordenó comprobar la identidad de los jueces, pero añadió que lo hizo a iniciativa propia. Ese tipo de tareas, dijo ante el juez, forma parte de sus competencias, negó en cualquier caso que investigara a los jueces y afirmó que ignora cómo acabaron llegando esas fotografías a La Razón. Que las actuaciones de la "policia secreta" se filtren a la prensa ya es para nota.

Bajo mi punto de vista declarar que encargó un informe sobre los jueces y al mismo tiempo negar que se les está investigando, aparte de una falta de respeto a la inteligencia, poca o mucha, de los españoles, también lo es hacia la justicia y una demostración más de el sentimiento de impunidad que ciertos cargos policiales aún siguen manteniendo. Si a este señor no se le cesa inmediatamente en su cargo solo puede explicarse en base a que actuó siguiendo ordenes superiores.

El tal Marhuenda, director de La Razón y vocero incansable del Partido Popular desde 1995 está citado para declarar como imputado el próximo día 28, dado que es un habitual en todas las televisiones tendremos antes ocasión de oírle en vivo y en directo defender su inocencia, será entretenido y por lo que a mi respecta muy divertido, verle entrar en el juzgado tengo que reconocer que me producirá una gran satisfacción, no digamos ya si finalmente le juzgan y le condenan.

Con relación a saber quien dio la orden de investigar a los jueces me temo que me quedaré, nos quedaremos, con las ganas. Bien podría el PSOE alentar la investigación, pero me temo que no hará nada, ojalá me equivoque y lo haga.

Benito Sacaluga





8 de mayo de 2014

EL EJERCITO TOMA POSICIONES





Parece ser que el Partido Popular está preparando una Ley para que los militares de carrera ocupen puestos en la Administración Pública. Entiendo que por “militares de carrera” se refieren a aquellos que han pasado por las Academias Militares, lugares en donde voluntariamente entraron presos de su vocación de servicio a la “patria” en su vertiente más extrema. Allí en las Academias les enseñaron el “noble arte” de la guerra, el manejo de las armas... y sobre todo a obedecer órdenes. Órdenes que de no acatarse suponen castigos severos a cargo de los Tribunales militares o directamente de sus superiores. Si algo hay en el mundo que esté en las antípodas de la defensa de los derechos humanos ese algo son los ejércitos. En España, por desgracia, lo sabemos por experiencia, nuestros ejércitos eran los encargados de que la dictadura gozase de buena salud, a cambio sus mandos compartían el poder absoluto. 

Desde mayo de 1939 y hasta 1975 solo tuvieron una ocasión de enfrentarse a un país extranjero y fue para defender territorios africanos del Sahara, lejos de hacerlo abandonaron al pueblo saharaui en manos de la dictadura marroquí. Con Franco en su lecho de muerte y un heredero que nada quería saber del problema, el pueblo saharaui pasó de estar bajo una dictadura española a estar sus territorios ocupados por las fuerzas militares marroquíes. Luego vendría la “heroica” recuperación del islote de Perejil, la criminal intervención española en la guerra de Irák, más tarde Afganistán, algunos escarceos marítimos contra piratas y poco o nada más digno de mención. Menos mal.

Si hasta ahora en España los únicos estudios que a su finalización garantizaban un puesto de trabajo eran los militares o los impartidos en los seminarios católicos, ahora y ante la ausencia de guerras a la vista se pretende aligerar la nómina del ejército en detrimento de la población civil. Hay seis millones de parados, los militares tienen todos trabajo y ahora se pretende que los que ya trabajan le quiten el puesto a los que están parados. 

Uno pensaba que un capitán de infantería estaba entrenado para conquistar posiciones enemigas, lo que nunca supuse es que también lo estuvieran para conquistar puestos de trabajo en el ámbito civil. Si lo que se pretende es adecuar la plantilla del ejercito lo justo sería hacer un ERE en lugar de recolocar los excedentes en puestos de trabajo para los que cientos de miles de españoles en paro llevan muchos años preparándose. Como no creo que los oficiales del ejercito estén dispuestos a recibir un sueldo de funcionario “raso”, me imagino que ocuparán puestos en la escala alta de la Administración cargándose así de un plumazo las aspiraciones de promoción de los funcionarios hoy existentes.

Pero claro, no olvidemos que los militares son disciplinados al máximo y por tanto el Gobierno del PP aparte de solucionar un problema de personal en las Fuerzas Armadas inicia el proceso de “militarización” de la función pública  colocando en el seno de ésta a colaboradores fieles a su concepto de Patria.

Además, si los militares quieren cambiar de aires porque su vocación castrense ha desaparecido es un problema de ellos, no nuestro, el nuestro es el hecho de que un ingeniero industrial, vocacional o no, tenga que estar lavando vajillas en Regent Street por que un soldadito español se haya cansado de su uniforme y le birle el puesto de técnico en el Ministerio de Industria gracias a lo de siempre, al dedo.

Si esto sigue así pronto volveremos a ver uniformes en los escaños del Congreso y del Senado, lo de las chaquetas blancas y las camisas azules vendrá inmediatamente después.

Benito Sacaluga.








2 de mayo de 2014

ENCUESTAS REALES






Acabo de leer en el diario El País que la Casa Real realiza encuestas cada quince días para saber el grado de popularidad del Rey. Mi primera reacción ha sido pensar que se trata de un error del periódico, hacer un sondeo de popularidad cada dos semanas sobre una persona que ningún día hace algo que pueda influir en la percepción que de ella se tiene me parece una real pérdida de tiempo y dinero. Pero no, el texto de la noticia es exacto, lo que me lleva a pensar que el monarca está continuamente de promoción y un tanto asustado. Me ha recordado a esas pelis americanas en las que el equipo electoral del congresista aspirante a presidente se pasa el día calculando los votos posibles en uno y otro Estado y en cuya campaña un discurso afortunado puede dar un vuelco total en la intención de voto. En España y sobre este asunto la cosa es muy diferente, la persona a valorar ha sido designada a dedo y solo pronuncia un discurso cada cincuenta y dos semanas que además es el mismo desde hace treinta y nueve años. Poca o ninguna seguridad tiene el Rey sobre su comportamiento y aceptación popular cuando necesita valorarlos continuamente.

Ignoro el contenido de las encuestas, de las preguntas que la componen, pero me imagino que estarán lo suficientemente estudiadas como para que el monarca siempre apruebe el examen y que, aunque parezca mentira, hasta consiga un notable. En caso de suspenso reiterado, cosa muy poco probable, habría que tomar medidas para relanzar su regia figura y hasta desear (sin mala intención y al mismo tiempo rogando para que no suceda) que alguna grave situación le dé la oportunidad de ganar puntos tal y como ocurrió el 23-F o incluso, porqué no, decidir que comparezca como invitado en el Sálvame de Luxe junto a Bárbara Rey y Belén Esteban defendiendo a la Fiesta Nacional y al Circo contando con la presencia en el plató de Carmen Enriquez por si hay que salir al quite.

Dice la última encuesta que la popularidad está aumentando y que así es gracias a que el Rey viaja por el mundo en plan de agente comercial para la élite empresarial española. Puede que la encuesta se haya realizado a las puertas de las oficinas de las empresas beneficiarias de los millonarios contratos conseguidos gracias a la intervención del monarca, es decir a dedo. También parece que ayuda el hecho de que su hija Cristina ya no sea portada y que su imputación se vea cada día más imposible.

En definitivas cuentas que lo que se mide en las encuestas es la popularidad de la persona, del Rey y no de la Institución, de la Monarquía que es lo que se debería hacer. Si lo importante para una Monarquía fuera la popularidad del monarca bastaría con sentar en el trono a Vicente del Bosque o a La Pantoja y arrasarían, tampoco es tan descabellado si recordamos que la futura reina de España es una modesta licenciada en periodismo aupada por la televisión estatal. Además esto de la mayor o menor popularidad nunca le hará pensar al rey en su marcha, ya se lo dejó claro a Adolfo Suárez: “Yo estoy aquí porque me ha puesto la Historia, con setecientos y pico años. Soy el heredero de 17 reyes de mi propia familia. La cosa está clara: uno de los dos sobra en este país. Y, como comprenderás, yo no pienso abdicar”

Esta preocupación del Rey por su popularidad, que llega al absurdo extremo de efectuar encuestas quincenales, que son como he dicho antes una pérdida de tiempo y dinero, tiene una solución. Bastaría con convocar un referéndum sobre el sistema de Estado: Monarquía o República. Si el Rey sale airoso ya no será necesario que haga más encuestas y si el referéndum sale en su contra tampoco. Para el rey lo malo del referéndum es que puede que lo pierda. La contestación a la pregunta a plantear no admite matices y solo hay dos respuestas posibles, SI o NO, a no ser que como en el caso de la OTAN nos vuelvan a hacer trampa y la pregunta sea: "MONARQUÍA, DE ENTRADA NO" y no sepamos exactamente que contestar.

Se imaginan al Rey haciendo campaña.


Benito Sacaluga.










1 de mayo de 2014

PRIMERO DE MAYO DE 1886.





Hace 130 años, en 1884, las incipientes organizaciones sindicales de los Estados Unidos dictaron una resolución en la que se establecía el uno de mayo de 1886 como fecha de convocatoria de una huelga general  en reivindicación de la jornada laboral de ocho horas. En aquella época los horarios laborales no bajaban de 10 horas diarias y en la mayoría de los casos llegaban a las catorce. En 1885 los trabajadores recibieron una pequeña octavilla elaborada por los sindicatos reivindicando la jornada laboral de ocho horas cuyo contenido era el siguiente:
¡Un día de rebelión, no de descanso! (...) Un día en que con tremenda fuerza la unidad del ejército de los trabajadores se moviliza contra los que hoy dominan el destino de los pueblos de toda nación. Un día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra de todo tipo. Un día en que comenzar a disfrutar ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas para lo que nos dé la gana".

El primero de mayo de 1886 se inició una huelga general que paralizó a la mayoría de las fabricas del país. Las marchas obreras, las manifestaciones y los mítines fueron brutalmente reprimidos por la policía y el ejercito, las cárceles se llenaron de trabajadores, los obreros muertos se contaron por centenares y los heridos por millares. Un periódico de Chicago llama a la lucha armada para defenderse de la opresión del estado:
"La sangre se ha vertido. Ocurrió lo que tenía que ocurrir. La milicia no ha estado entrenándose en vano. A lo largo de la historia el origen de la propiedad privada ha sido la violencia. La guerra de clases ha llegado...  En la pobre choza, mujeres y niños cubiertos de retazos lloran por marido y padre. En el palacio hacen brindis, con copas llenas de vino costoso, por la felicidad de los bandidos sangrientos del orden público. Séquense las lágrimas, pobres y condenados: anímense esclavos y tumben el sistema de latrocinio."
Los sindicatos desechan la idea del enfrentamiento armado, todo Chicago está ya en huelga. El Gobierno declara la ley marcial, los líderes sindicales son encarcelados y acusados de haber lanzado una bomba contra la policía. Se les “montó” un juicio amañado, donde el Fiscal declaró:
"La ley está en juicio. La anarquía está en juicio. El gran jurado ha escogido y acusado a estos hombres porque fueron los líderes. No son más culpables que los miles que los siguieron. Señores del jurado, condenen a estos hombres, denles un castigo ejemplar, ahórquenlos y salven nuestras instituciones, nuestra sociedad"
Cuatro fueron ahorcados y el resto condenados a prisión. Quien arrojó la bomba aún esta por identificar, los sindicalistas condenados a muerte tuvieron ocasión de hablar, así  August Spies declaró:
"Hemos explicado al pueblo sus condiciones y relaciones sociales. Hemos dicho que el sistema del salario, como forma específica del desenvolvimiento social, habría de dejar paso, por necesidad lógica, a formas más elevadas de civilización. Al dirigirme a este tribunal lo hago como representante de una clase enfrente de los de otra clase enemiga. Podéis sentenciarme, pero al menos que se sepa que en Illinois ocho hombres fueron sentenciados a muerte por creer en un bienestar futuro, por no perder la fe en el último triunfo de la Libertad y la Justicia», para terminar diciendo: «¡Mi defensa es vuestra acusación! Las causas de mis supuestos crímenes: ¡vuestra historia! (...) Ya he expuesto mis ideas. Constituyen parte de mí mismo y si pensáis que habréis de aniquilar estas ideas, que día a día ganan más y más terreno, (...) si una vez más ustedes imponen la pena de muerte por atreverse a decir la verdad y los reto a mostrarnos cuándo hemos mentido digo, si la muerte es la pena por declarar la verdad, pues pagaré con orgullo y desafío el alto precio! ¡Llamen al verdugo!"

Albert Parsons se dirigía así al Tribunal:
"Yo como trabajador he expuesto lo que creía justos clamores de la clase obrera, he defendido su derecho a la libertad y a disponer del trabajo y de los frutos del trabajo. Yo creo que los representantes de los millonarios de Chicago organizados os reclaman nuestra inmediata extinción por medio de una muerte ignominiosa. ¿Y qué justicia es la vuestra? Este proceso se ha iniciado y se ha seguido contra nosotros, inspirado por los capitalistas, por los que creen que el pueblo no tiene más que un derecho y un deber, el de la obediencia. El capital es el sobrante acumulado del trabajo, es el producto del trabajo. La función del capital se reduce actualmente a apropiarse y confiscar para su uso exclusivo y su beneficio el sobrante del trabajo de los que crean toda la riqueza. El sistema capitalista está amparado por la ley, y de hecho la ley y el capital son una misma cosa. ¿Creéis que la guerra social se acabará estrangulándonos bárbaramente? ¡Ah no! Sobre vuestro veredicto quedará el del pueblo americano y el del mundo entero. Quedará el veredicto popular para decir que la guerra social no ha terminado por tan poca cosa."

George Engel dijo:
"¿Por qué razón se me acusa de asesino? Por la misma que tuve que abandonar Alemania, por la pobreza, por la miseria de la clase trabajadora. Sólo por la fuerza podrán emanciparse los trabajadores, de acuerdo con lo que la historia enseña. ¿En que consiste mi crimen? En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que mientras unos amontonan millones otros caen en la degradación y la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres de ciencia deben ser utilizados en beneficio de todos. Vuestras leyes están en oposición con las de la naturaleza, y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, la libertad, el bienestar. Yo no combato individualmente a los capitalistas; combato el sistema que da privilegio. Mi más ardiente deseo es que los trabajadores sepan quienes son sus enemigos y sus amigos."

A continuación Adolf  Fischer:
"En todas las épocas, cuando la situación del pueblo ha llegado a un punto tal que una gran parte se queja de las injusticias existentes, la clase poseedora responde que las censuras son infundadas, y atribuye el descontento a la influencia de ambiciosos agitadores. La historia se repite. En todo tiempo los poderosos han creído que las ideas de pro se abandonarían con la supresión de algunos agitadores; hoy la burguesía cree detener el movimiento de las reivindicaciones proletarias por el sacrificio de algunos de sus defensores. Pero aunque los obstáculos que se opongan al progreso parezcan insuperables, siempre han sido vencidos, y esta vez no constituirán una excepción a la regla. Este veredicto es un golpe de muerte a la libertad de prensa, a la libertad de pensamiento, a la libertad de la palabra en este país. El pueblo tomará nota de ello. Si yo he de ser ahorcado por profesar las ideas anarquistas, por mi amor a la libertad, a la igualdad y a la fraternidad, entonces no tengo nada que objetar. Si la muerte es la pena correlativa a nuestra ardiente pasión por la libertad de la especie humana, entonces, yo les digo muy alto, disponed de mi vida."

Finalmente  Luis Lingg:
"Para nosotros la tendencia del progreso es la del anarquismo, esto es la sociedad libre sin clases ni gobernantes, una sociedad de soberanos, en la que la libertad y la igualdad económica de todos producirían un equilibrio estable con bases y condición del orden natural. (...) «Me concedéis, después de condenarme a muerte, la libertad de pronunciar mi último discurso. Me acusáis de despreciar la ley y el orden. ¿Y qué significan la ley y el orden? Yo repito que soy enemigo del orden actual y repito también que lo combatiré con todas mis fuerzas mientras tenga aliento para respirar... Os desprecio; desprecio vuestro orden, vuestras leyes, vuestra fuerza, vuestra autoridad. ¡AHORCADME!"
El 11 de noviembre fueron ahorcados, mientras se dirigían al patíbulo entonaron “La Marsellesa”. Ese día pasaría a la historia como el “viernes negro”. El cortejo fúnebre fue seguido por más de medio millón de personas. A finales de mayo cientos de organizaciones patronales accedieron a otorgar la jornada laboral de ocho horas. En 1938 la jornada laboral de ocho horas era una realidad en todos los Estados de la Unión. La reivindicación se extendió por toda Europa y Rusia. 

Dejo a continuación un comentario de la CNT en relación con los hechos descritos anteriormente y la situación actual de los trabajadores en España:

Irónicamente, pasado más de un siglo, en los mismos Estados Unidos y en Europa, cuna del movimiento obrero revolucionario, estas conquistas obreras están siendo revertidas por gobiernos y multinacionales sin apenas disparar un solo tiro, y sin tener que llevar a nadie a la horca. Ahora todo es más sutil, los sindicatos subvencionados están a disposición del mejor postor, traicionando los mandatos y olvidando las luchas y el sacrificio personal de miles de trabajadores y trabajadoras y de quienes, desde el aciago 1886, se les conoce como "los mártires de Chicago".

"Es ya de toda evidencia que el sindicalismo no logra sus fines por la cuota en metálico, aunque la utilice para la vida ordinaria, sino por la cuota en especie, formada por el pensamiento, por la voluntad, por la energía, por la esperanza, cuota que han de pagar con su asistencia, su acción y su responsabilidad todos los trabajadores para alcanzar los bienes individuales y colectivos correspondientes al hombre y a la humanidad, es decir, para realizar la emancipación."A. Lorenzo.

Hoy es primero de mayo, no sé si son muchos los españoles que hoy se han acordado de los responsables del gran logro de la jornada laboral de ocho horas, me temo que muy pocos.

Benito Sacaluga.


Fuente consultada: CNT